jueves, 21 de mayo de 2015

Afrenta inaceptable

Creo que el Presidente del Congreso, Sr. Posada, se ha equivocado gravemente al retirar el permiso que incialmente había concedido para celebrar en una sala del edificio del Parlamento un encuentro de víctimas del terrorismo: concretamente en la sala Ernest Lluch.

Adjunto la noticia tal como la puedes leer en la web de Radio Televisión Española a la que le suponemos un tratamiento moderado del asunto:

http://www.rtve.es/noticias/20150519/congreso-da-marcha-atras-acogera-acto-victimas-eta-gal-habia-autorizado/1147259.shtml

Asistían, en una inciativa que nació en la parroquía madrileña San Carlos Borromeo, víctimas como Rosa Lluch, hija -para mayor escarnio- de la víctima de ETA que da nombre a la sala que se iba a ocupar; Rosa Rodero, viuda de un ertzaina asesinado también por ETA; y Axun Lasa, hermana de Joxean Lasa, torturado y asesinado por los GAL, con la implicación de algunos agentes policiales y funcionarios públicos.

A las dos últimas las conozco personalmente y debo decir que sus trayectorias de dignidad, memoria responsable y activa, y desligitimación de la violencia han sido ejemplares, realmente admirables. Que se les acuse ahora de "distorsionar la historia de lo verdaderamente ocurrido en nuestro país en relación con el terrorismo de ETA" o de "manipulación del relato del terrorismo en nuestro país" es ignorante y muy injusto.

¿Cómo unas víctimas que han sufrido tanto y tan injustamente pueden ahora recibir semejante rechazo por parte del Presidente del Congreso, semejante insulto, semejante humillación? ¿Cómo unas víctimas que tienen en sus entrañas y en su corazón lo más duro de la historia de este país pueden a estas alturas encontrar las puertas de un edificio público cerradas de malas maneras en las narices? ¿Cual ha sido su falta?: ¿tener criterio propio, atreverse a recorrer caminos no trillados, arriesgarse por buscar caminos que les sirvieran a ellas y nos sirvieran a los demás?

Otras víctimas con mayor predicamento ante el poder entienden que lo que estas víctimas ahora acalladas hacen, piensan y dicen es contrario a lo que todas las víctimas deberían hacer, pensar y decir. Vale. Correcto. Son libres de pensarlo y de decirlo. Es su opinión, tan respectable como la de cualquier otra víctima. Nadie les obliga a seguir los pasos de las víctimas acalladas, nadie les obliga a secundarles, a darles la razón o a admirarles: pero el respeto a su experiencia y a su vivencia y a su derecho a darlas a conocer, ése sí es exigible. No pueden pretender acallar a las víctimas que no opinan igual que ellos.

Que el Presidente del Congreso tome partido de semejante forma tajante, sin matiz, sin estilo, sin educación sin respeto es inaceptable además de grosero. ¿Nos dice de esta forma que hay víctimas con derecho de veto sobre otras?, ¿que hay unas víctimas que piensan y sienten mejor que otras y con patente de legitimidad sobre otras víctimas?, ¿que hay víctimas más legítimas que otras?, ¿que hay víctimas que merecen ser escuchadas y otras que deben ser acalladas o escondidas?

La decisión del Presidente del Congreso constituye una afrenta grave a las víctimas del terrorismo y un intento de deslegitimar la verdad y el mensaje de unas víctimas que al parecer rompen sus esquemas. Pero si unas experiencias tan verdaderas, tan profundas, tan valiosas, tan admirables, tan infinitamente generosas como las de Rosa Lluch, Rosa Rodero y Axun Lasa rompen tus esquemas, son éstos los que deben ser revisados, Sr. Posada, no la decision de hacerles un hueco en la casa, que debería ser de todos, para escucharlas por lo menos con respeto y atención: yo además las escucho con admiración, pero esto último es optatitivo.

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