miércoles, 15 de julio de 2015

Red Bay revisited

Mi amigo Sergio Juanena me pasa esta mañana la referencia de este reportaje publicado en el suplemento TRAVEL del diario The Telegraph. No está de más decir que esta página web recibió el premio al mejor sitio de viajes en los años 2009, 2010 y 2012 en los Travel Press Awards.

http://www.telegraph.co.uk/travel/destinations/northamerica/canada/11642944/Red-Bay-a-corner-of-Canada-that-is-forever-Basque.html

El reportaje, firmado por Nigel Richardson, se titula: "Red Bay, un rincón de Canadá que es para siempre vasco".

http://www.telegraph.co.uk/travel/destinations/northamerica/canada/11642944/Red-Bay-a-corner-of-Canada-that-is-forever-Basque.html

En el reportaje se nos relata el descubrimiento de la historia de Red Bay y su significado.

El autor cuenta en un momento que sabe que llega a Red Bay cuando ve una ikurriña (bandera vasca) al fondo. Esta referencia me ha hecho recordar el emocionante  momento en que la Consejera del Gobierno Vasco, Ana Oregi, y la alcaldesa de Red Bay, Wanita Stone, izaron juntas en el 2013 las banderas de la UNESCO y la vasca. Con ese acto celebraban la declaración por parte de la UNESCO de Red Bay como Patrimonio Mundial. Aquí la foto que tomé de ese momento:


Red Bay es parte de la historia conjunta de vascos y canadienses. Es la primera instalación industrial de América del Norte y "el más antiguo, mayor y mejor conservado testimonio de la tradición ballenística europea" según la UNESCO. Está relacionada con los tres primeros documentos civiles de la historia de América del Norte, que son vascos. Y se trata además de una presencia que, según los indicios recabados por los historiadores más serios, parece estar marcada por la convivencia respetuosa o amigable, para los estándares de la época, con los prueblos originarios (o first nations) que habitaban esas zonas. Parece que frente a otras experiencias europeas en esa costa, esta relación se basó más en el intercambio comercial (e incluso el préstamo de palabras del euskera que quedaron en las lenguas indígenas) que en los conflictos y la violencia (ver, por ejemplo, artículos de Agustín Azkarate, Catedrático de Historia y Director de la Cátedra UNESCO de Paisajes Culturales y Patrimonio de la Universidad del País Vasco).

Todo este bagaje común debería servirnos para estrechar más lazos entre Euskadi y Canada. Lazos que nos permitan no sólo profundizar en la historia, sino hacer presente y futuro juntos en nuevas inciativas culturales, educativas, industriales y económicas en el siglo XXI, como hicieron, hace 500 años, aquellos balleneros. Red Bay debe ser la puerta de entrada a esa colaboración especial, el umbral en que vascos y canadienses nos encontramos, algo así como el porche en que nos saludamos, nos sentamos a tomar algo y a ver el mágico atardecer de la bahía, quizá avistando alguna ballena, pero no solo para hablar de pasado, sino para hacer juntos ilusionantes planes de futuro.

Y como guiño final, incluyo aquí una bandera de Canadá que hizo ayer mismo mi hijo Esteban Javier con una hoja de arce cogida en uno de sus paseos veraniegos con su abuelo:

 

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