jueves, 31 de diciembre de 2015

Las notas desafinadas del Concierto de Año Nuevo en Viena

Hoy escribo en los diarios del Grupo Noticias (DEIA y Noticias de Gipuzkoa) un artículo sobre algunas historias que hay detrás del tradicional concierto de Año Nuevo desde Viena... y por cierto

¡FELIZ AÑO 2016!
 
URTE BERRI ON!

http://www.noticiasdegipuzkoa.com/2015/12/31/mundo/notas-desafinadas-del-concierto-de-ano-nuevo
Zubin Mehta dirige a la Filarmónica de Viena en el concierto de Año Nuevo (EFE)
en #MirarHaciaOtroLado, Noticias de Gipuzkoa, 31/12/15


http://www.deia.com/2015/12/31/mundo/notas-desafinadas-del-concierto-de-ano-nuevo
#MirarHaciaOtroLado, DEIA, 31/12/15


NOTAS DESAFINADAS DEL CONCIERTO DE AÑO NUEVO

 
Mañana muchos comenzaremos el año al son de los valses de la familia Strauss. Los músicos de la Orquesta Filarmónica de Viena nos desearán entre sonrisas y confeti un feliz año nuevo y terminarán con El Danubio Azul y la Marcha Radetzky. Este ambiente floral, almibarado, pastel y dorado oculta sin embargo algunas historias.

El Concierto de Año Nuevo nació, siendo Austria parte del Reich e iniciada la Segunda Guerra Mundial, en 1939 como un evento nazi de recaudación de fondos para la guerra. Ya para esa fecha la orquesta se había deshecho de todos sus miembros judíos. 16 miembros judíos o izquierdistas fueron deportados. Entre 5 y 7 fueron asesinados en la propia Viena.

Moriz Glattauer había sido primer violín de la orquesta. Fue enviado junto a su esposa Anna al campo de concentración de Theresienstadt, donde murió en 1943. Anna murió un año después en la cámara de gas de Ausschwitz. Mientras tanto el concierto de Año Nuevo tocado por sus compañeros se iba convirtiendo en un potente y bien publicitado instrumento de propaganda nazi.

El director de este concierto durante toda la guerra fue el mítico Clemens Krauss. Tras la guerra, en 1948, Clemens Krauss fue rehabilitado y siguió dirigiéndolo hasta su muerte en 1954. No digo que el Concierto de Año Nuevo deba cargar con el peso de ninguna culpa, pero es bueno conocer su historia ahora que andamos por nuestros lares con los asuntos de la memoria histórica.

En la actualidad el concierto también presenta algunas aristas. La Orquesta Filarmónica de Viena se enfrenta a acusaciones de discriminación, tanto sexual como racial. Si se fijan bien mañana verán muy pocas mujeres sobre el escenario, cuando su presencia es ya generalizada en las mejores orquestas del mundo. Tampoco verán, cuando la cámara apunte primeros planos, rostros de rasgos asiáticos, tan frecuentes en las orquestas cuyo criterio de ingreso es únicamente la excelencia técnica y artística.

En algunas ocasiones alegan desde el entorno de la orquesta que si se espera de ellos que toquen piezas de hombres centroeuropeos como Mozart o Beethoven, nada mejor que hombres centroeuropeos para hacerlo. Se ha dicho también que las mujeres, por sus cargas familiares, no pueden participar en las giras internacionales.
 
El Presidente de la orquesta ha dicho en su defensa que en el arte no puede haber cuotas. Pero no son cuotas lo que se les pide, sino criterios no discriminatorios de búsqueda del talento y de la excelencia, como en otras orquestas de primera fila. Ninguna audición a ciegas ha podido obviamente detectar que las mujeres o los asiáticos se acerquen a Mozart con una sensibilidad menos mozartiana, pero la orquesta se niega a hacer en sus procesos de selección audiciones anónimas y ciegas para asegurar la ausencia de prejuicios.

En 2011 las autoridades retiraron 2 millones de euros de la financiación pública por este motivo. La orquesta sin embargo, fiel a su tradición, no ha aumentado significativamente el número de mujeres desde entonces. Hagan la prueba mañana: cuéntenlas.

No les quiero yo amargar el concierto. Todo lo contrario: ¡disfrútenlo! Yo, a pesar de su exceso de azúcares y de sus pasadas y presentes hieles, lo veré.

 
Mikel Mancisidor es jurista y doctor en Relaciones Internacionales

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